sábado, 2 de abril de 2011

Trufas

Y yo estaba en una cueva y la música sonaba sólo para mí. Hubiera deseado poder bailar y lo hubiera hecho como nunca. Distinguía cada pequeño sonido y cada beat tenía sentido.


Y estaban ellos con sus ojos que deslumbraban y de los que se les desbordaba el alma. Y uno fue mi guia al castillo lleno de niños y el otro me conocía bien, y eso bastaba.

Y ahora todos aquellos que dudan me parecen desconocedores de la verdad.

1 comentario:

  1. Te escribo desde otro mundo. Yo sé que tú me comprendes, porque sabes que hoy, lunes, a esta hora, estoy en otro mundo. Trufas,setas. Da igual como lo llames. Ahora mismo soy un género de música aparte. El caso es que pasaba por aquí y quería decirte: ¡hola! Te quiero. Claro que cuando tú leas esto o yo mismo lo lea más tarde no tendrá tanto significado, pero sé que tú -y sólo tú- lo entiendes a tu modo, porque también has estado aquí y porque, en fin, por algo somos amigos. Porque creo que nos entendemos, a pesar de todo; porque aun cuando yo sienta unas cosas por ti y tú por otros y bla ble blih, seguimos ahí. Y ayer decías que para ti era importante el tiempo y yo decía que no, pero en verdad, ¡en fin! Sí. Porque a veces pienso en ti y eres como el poste que te mantiene ahí tras la ola, que pase lo que pase sé que va a estar ahí y me gusta que sea así. Y ahora mientras escribía esto pensaba: qué feo me está quedando, pero es que lo releo y al verlo tooodo en perspectiva y pensar en ti y en mí creo que sí, que todo tenía que suceder así.

    Y blah, pues me alegro.

    (K)

    ResponderEliminar